Amigos totalmente nuevos

Mi familia, que incluye tres humanos, dos perros y un gato, se mudó recientemente de un lado a otro de Patagonia. Nuestra nueva ubicación está más cerca de Sonoita Creek y hay más humedad en el entorno circundante. Incluso antes de que llegara la temporada del monzón, me di cuenta de que teníamos una fauna anfibia única para admirar. En nuestro porche residía una rana de cañón, Hyla arenicolor. Por mucho que intentara reubicar a esta pequeña criatura en un lugar más seguro, siempre reaparecía al día siguiente, haciéndome saber en silencio que tenía toda la intención de disfrutar del porche cubierto como yo. Las ranas de cañón tienen la sorprendente habilidad de cambiar de color para camuflarse. Hasta que descubrí que este truco era de esperarse, este pequeño amigo me hizo creer que había más de una rana reclamando nuestro porche como su hábitat. ​

Rana de cañón.

Disfrutar de esta ranita que decidió compartir su espacio con nosotros fue especial. No sabía que pronto se mostrarían más parientes suyos. El sapo de puntos rojos, Bufo punctatus, llegó con el primer par de tormentas monzónicas. Ligeramente más grandes que la rana arbórea, salpicaban nuestro camino a la entrada y saltaban por el patio con sus manchas rojas que los hacían particularmente fáciles de identificar. Estos carismáticos y abundantes sapos pueden tolerar sorprendentemente una pérdida del 40 % de agua corporal y aún estar activos durante los meses secos, aunque hibernan bajo tierra durante el invierno. Nos adaptamos aún más para dar cabida a este segundo anfibio, y a los perros que habían sido expulsados del porche ya no se les permitía andar sin correa en el camino de la entrada, donde los sapos rojos parecen más felices por las noches. ​

Sapo de puntos rojos.

Los perros enfrentarían un desafío más, uno que podría enfermarlos de muerte, el sapo del desierto de Sonora, Bufo alvarius. El sapo del desierto de Sonora posee toxinas en la piel que son lo suficientemente fuertes como para matar a un perro y se sabe que causan enfermedades y cualidades alucinógenas en los humanos. Dos de estas bellezas tóxicas viven en el corral de perros y tienen una pequeña madriguera queue me permitió grabar algunos videos geniales. Por suerte para nosotros, uno de nuestros perros parece saber instintivamente cómo evitarlos, dejando solo a un perro para mantenerse cerca durante los descansos nocturnos para ir al baño. Con frecuencia son fáciles de detectar, inmediatamente fuera de nuestra puerta trasera, comiendo insectos atraídos por las luces interiores. ​

Sapo del desierto de Sonora.

Muchas especies de anfibios viven una vida de dualidad. Parte del año hibernan bajo tierra, parte del año están activos y en la superficie. Me encuentro viviendo una dualidad alrededor de ellos. Parte del año no los veo y parte del año sí. Elijo adaptarme a su dualidad y mezclar mi horario para evitar que les suceda algún daño. Estas criaturas fantásticas con superpoderes aparentes pueden traer maravillas a nuestras vidas si nos tomamos el tiempo para aprender sobre ellas y hacemos espacio para sus momentos de ajetreo. ​

Borderlands Restoration Network se esfuerza por restaurar las cuencas hidrográficas locales, incluida la protección y creación de hábitats para ranas y sapos. Los anfibios enfrentan muchos desafíos ya que sus cuerpos requieren abundante humedad para funcionar correctamente y son particularmente vulnerables al cambio climático. Algunas formas en que puede ayudar a nuestros anfibios locales incluyen plantar plantas nativas y evitar el uso de pesticidas que convierten los insectos que comen las ranas y los sapos en alimentos tóxicos. Además, si es posible, evite conducir o andar en bicicleta en las noches de verano, especialmente durante o inmediatamente después de la lluvia del monzón. Si tienes que salir y disfrutar de la lluvia, reducir la velocidad y dar un paseo, es posible que te encuentres con nuevos amigos en el camino.

Nota importante: Para llegar a un público más amplio, he utilizado el conocido término hibernación para describir el período de descanso al que entran algunos anfibios durante los meses más fríos del año. El término adecuado para los anfibios y otros animales de sangre fría es brumación, que es diferente del proceso de hibernación de algunos mamíferos.